Ese diía Helenita y yo estuvimos muy solicitadas.
No descansamos ni un segundo. Tenían que sacar número para ver quien nos agarraban primero. Nosotras estábamos como dos reinas, de brazo en brazo. Nuestra abuelita y nuestro tío
estaban con una sonrisa de oreja a oreja por tenernos a upa. La verdad que tenemos una familia que vale oro.
viernes, 18 de enero de 2008
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