Ahí empecé a despabilarme un poquito y ya permití que mi mami me ponga la hermosa capelina. Estaba como sorprendida de todo lo que estaba pasando por mi alrededor. Veía un lugar inmenso con mucha gente, que me saludaba, me sacaban fotitos. Yo no entendía nada. Lo único que sí la tenía clara, era que la estaba pasando bárbaro.
viernes, 20 de junio de 2008
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