Está tocando la sillita y nos mira a nosotros (mami y papi) para ver que le decimos. Mis papis me dicen que no y yo sigo tocando. Cuando alguno de los dos se acerca, empiezo a disparar y morirme de risa. A veces tengo que tener cuidado de no caerme. Pero por suerte ahora estoy caminando bien firme.
viernes, 4 de julio de 2008
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